Como anoche (diario de un peatón)
Capitulo 2: El cobrador fantasma.
Octubre del 1996
Era viernes en la tarde. La alegría de saber que comenzaba el fin de semana hizo que no me quedara a jugar básquet en el colegio, sino que me marchase de inmediato a casa. El trayecto de ITESA hasta la Paris con Juana Saltitopa era bastante largo pero ya la costumbre había reducido la distancia. El sol era todavía intenso a las 4 de la tarde, así que era necesario disfrutar de un Tamarindo Frozen (o mejor dicho un "Cepy") durante el camino. La primera parte del trayecto consistía en darles una miradita a las chicas de OMA ya que en ITESA no había mujeres.
Armado con una mochila bien pesada que ya estaba comenzando a romperse (pues la imitaciones de la JanSport no eran muy buenas) llegue hasta la parada de guaguas. En aquella esquina se mezclaban todo tipo de ruidos. Por un lado un vendedor de cassettes pirateados tenía puesta en sus bocinas las notas de esa gran obra maestra de la lirica de patio, llamada "vuelve mami con tu papá", del otro lado varios cobradores gritaban el recorrido de sus rutas como "Sabana Larga, nueve, Almirante y falta uno alante!" y alrededor se escuchaban un monto de bocinas, insultos, piropos y las voces de los pregoneros que anunciaban sus ofertas.
Me dirigí hacia la guagua correspondiente. Me sorprendió ver junto a la puerta a un moreno de 6 pies con trenzas, una camiseta blanca, unos shorts negros, unos Nike Jordan y una mariconera negra de las que decían "Safari Express" cobrándole a todo el mundo por adelantado. Todos le pagamos. Luego de llenarse la guagua el moreno echó a correr como alma que llevaba el diablo y cinco segundos después llegó el verdadero cobrador de la guagua que solo dijo "muévela!".
Todos nos dimos cuenta de que se nos había dado un majestuoso "tumbe". El cobrador oficial se lavó las manos diciendo que no conocía al moreno y que a nosotros nadie nos mandó a pagar por adelantado, que eso no se hace en ninguna guagua, de tal forma que había que pagar de nuevo. Una señora protestó usando la frase célebre de ese gran jesuita renegado Lidio Cadet: "Ay Ñeñe!". Otros gritaron de forma amenazante "ven cóbrame pa' que tu vea" y al chofer no tuvo otra opción que llevarnos de gratis y subir el volumen de su radio, mientras el cobrador seguía tratando de montar mas gente y solo decía: "Completando atrás, pegaito como anoche".
Etiquetas: Como Anoche
Se han dicho como 21 cosas acerca de esto:
R.E.L:gracias por tu visita a mi blog espero q no sea la ultima,con respeto a tu post en nuestro pais el tigueraje nunca se acaba,imaginate quien cambia eso.fuen un placer haber leido tu post.
Un saludo de la tia lily.