Como anoche (diario de un peatón)
Capítulo 6: El Expreso
Enero 1998.
Era lunes por la tarde. Mi adorada ciudad se veía solitaria debido a que era día feriado. Mi único plan aquella tarde consistía en ir al cine Broadway de Plaza Central. Tomé uno de los pocos "biónicos" que circulaban por la Sabana Larga en aquel "Cimarronis Dominicus". Así como eran escasos los medios de transporte también lo eran los pasajeros, por lo tanto el recorrido fue bastante rápido. Mientras el piloto de aquella máquina prehistórica se quejaba de que el día estaba flojo, yo me entretenía mirando al perrito que adornaba su tablero, moviendo su cabeza hacia los lados al compás de aquella obra maestra de los más buenmozos del merengue titulada "La dueña del swing".
Me desmonté en la esquina de las Américas, para tomar una OMSA. Me sorprendí al ver que aquel majestuoso Mamut mecánico tenía en su parabrisas una hoja pegada con cinta adhesiva que decía "Expreso". No se trataba de café italiano, sino de que el autobús no se detenía en todas las paradas. Al subir le pregunté al chofer si el bus se paraba en Gevitolandia (Plaza central) y su respuesta fue afirmativa. Para mis objetivos de aquel día esa ruta era todo "un palo".
Mi memoria no está en la capacidad de contarles que película vi aquel día, ni de narrarles las payasadas de los metaliquitos que frecuentaban aquel lugar, pero si recuerdo como si hubiese sido anoche aquella tragicomedia que presencié de regreso a mi casa. Sucede que para mi suerte volví a tomar una OMSA Expreso al salir de Plaza. Luego de que chofer hiciera una parada en la Máximo Gómez se levantó de su asiento un señor de algunos cincuenta y pico de años. Llevaba una camisa a cuadros "coja", unos pantalones "kaquis" gastados, unos tenis "Celso Perez" que por lo visto una vez fueron blancos y en el bolsillo izquierdo de su pantalón una "chatica" de "Cat Face" o mejor dicho Ron Bermúdez. El señor comenzó alar el cordón de alerta ya que planeaba desmontarse cerca de la Leopoldo Navarro. El chofer no solo hizo caso omiso al llamado a parada del señor en aquel lugar sino que tampoco se detuvo ni cerca del colegio "Don Bosco" ni en la 30 de marzo. El pobre hombre no solo tiraba del cordón con insistencia infantil sino que no paraba de gritar con voz estropajosa: "Chofer déjame!!". La guagua se detuvo detrás de Plaza Lama, en aquel momento todos miramos hacia el rostro del hombre, que con los ojos "vidriosos" hizo una pausa de cuatro segundos mientras aspiraba el aire necesario para exclamar el grito más sincero que su alma quería expresar en aquel momento de indignación: Diaaaaaaaaablo chofer!!!!!! Dos segundos más tarde la dignidad de la madre del conductor fue tirada por tierra al igual que la masculinidad del mismo. Como era oportuno el borracho también aprovechó para maldecir a la gente del gobierno y acusarlos de comensales egoístas y hurtadores.
Luego de que aquel pobre ciudadano de la primada de América se desmontó, nadie sabía si secundar la queja o darle la razón al chofer, si reír o tener lastima. Lo que para mi fue un "palo" en el buen sentido de la palabra para aquel hombre lo fue en sentido opuesto. Aquel fue el primer día de la ruta Expreso, luego tuvieron que agregar varias paradas más para que más gente pudiera utilizar aquel servicio y llegar a su destinos de forma rápida mas "pegaditos como anoche".
Etiquetas: Como Anoche
Se han dicho como 25 cosas acerca de esto:
Caramba, las cosas que se ven en un pais donde te regalan el periodico y ni asi la gente lee...siempre he sido fanatico de los noticieros y los periodicos...diariamente leo 3 periodicos y veo 4 noticiarios cuando llego a casa..no se..pero quizas es una manera de que no me agarren out of base (parecido al grupo aquel, eh?).
en sintesis, para finiquitar, mi conspicuo y morrocotudo amigo...saber es poder